Margarita 4x4: Deleite y Adrenalina


Atrévase a descubrir una Margarita completamente diferente y aventúrese en un completo recorrido en rústico por la isla: Esta experiencia sin igual marcará el antes y el después de sus incursiones en el turismo insular… Le aseguramos emociones sin igual, con la inmensa satisfacción de ver todo lo que este territorio aún tiene por ofrecer.

Por: Karina López. Publicado en la revista Clase Turista, edición aniversaria 2007.

Más allá de sus paradisíacas playas, cada rincón de Margarita es un delicioso hallazgo: diversos climas, variedad de vegetación, múltiples ecosistemas, ricas texturas, mucha historia, paisajes que quitan el aliento, parajes aún por explorar… Todas las condiciones están dadas para atreverse a romper paradigmas y disfrutar sanamente del inmenso regalo que nos da el Universo cada día.

Esta vez redescubrimos el territorio insular de una manera más atrevida: Una travesía 4x4 todo incluido que toca diferentes puntos del este y centro de la isla, para finalmente bordear toda la Península de Macanao, con media hora de rustiqueo y todo… Hacer este recorrido es, definitivamente, una experiencia sin igual.

Una jornada intensa
La travesía dura todo el día. Es indispensable echarse mucho bloqueador solar y llevar ropa cómoda, un buen bolso, traje de baño, toallas, un par de lentes, una gorra y muchas ganas de pasarla bien... De lo demás se encargan guías profesionales y responsables que le recogen en la mañana por su casa u hotel para reunirse con los otros integrantes del grupo en el primer punto de la excursión: La Sierra.

Allí, al pie del Parque Nacional Cerro Copey -extensión de más de 7 mil kilómetros que debe su nombre a la gran cantidad de árboles del mismo nombre que abundan en la zona- se les explica a todos los turistas cuál será el recorrido (con un mapa) y la duración de la visita en cada una de las paradas, mientras se inaugura el pequeño bar itinerante con agua, refrescos, cerveza y ron que estará disponible en todas las pausas a lo largo de la jornada. Este es uno de los puntos más altos de la isla (aproximadamente 550 m) y, desde allí, podemos disfrutar impresionantes vistas hacia Porlamar, Pampatar y sus adyacencias.

Posteriormente descendemos hasta el Valle del Espíritu Santo para visitar la Basílica Menor de la Virgen del Valle, inspiración del pueblo neoespartano, patrona del oriente del país y de la armada venezolana. La iglesia está en el medio de una pintoresca plaza, y en ella encontramos diferentes puestos de venta en los cuales se pueden conseguir todo tipo de figuras alegóricas a la virgen, así como perlas y collares, entre otras maravillas. Alrededor encontramos también la Casa Natal de Santiago Mariño y el Museo Diocesano de la Virgen del Valle.

De la Basílica partimos hasta el Parque Nacional La Restinga, y en sus botes navegamos por sus manglares y canales. Colores muy intensos en cada rincón, una vegetación exuberante, una rica fauna marina (incluyendo estrellas y caballitos de mar) y túneles naturales de 2 kilómetros de largo -con sinuosos canales como El Canal del Beso, El Jardín de Mis Amores, El Paraíso del Amor y Playa Bella Vista, entre otros- caracterizan el paisaje. Desde allí nos custodian, de un lado, las imponentes Tetas de María Guevara, y del otro, el Cerro Macanao.

Emociones al 100%
Después de visitar la Laguna de La Restinga pasamos el puente a la Península de Macanao y allí, en medio de un paisaje desértico, lleno de mesetas, arcilla y cactus, disfrutamos de un delicioso almuerzo a la orilla del mar. Después de las frutas del postre y el café de despedida partimos a Punta Arenas, el extremo más occidental de la isla, para disfrutar de un par de horas de playa.

Luego nos trasladamos hacia La Carmela -al lado de La Mula-, un territorio absolutamente virgen al que es imposible acceder sin 4x4 y que está como “escondido”. Allí tuvimos nuestra media hora de rustiqueo, surcando la irregular carretera de tierra desde el asfalto para llegar a la playa.

Después de ver, oler (¡y comer!) tanta tierra arcillosa en nuestro tránsito por la irregular carretera de tierra, llegamos a un “claro” y frente a nosotros se extendía, majestuoso, un inmenso mar azul bordeado por arenas perladas… al divisar tan imponente cuadro, automáticamente nos remontamos a la época del descubrimiento de América ¿Qué sentirían aquellos señores al ver toda esta maravilla? Recordemos que los españoles, además, entraron a Venezuela por estas tierras neoespartanas…

Y para terminar nuestro recorrido, antes de dejarnos en el mismo punto en el que nos fueron a buscar en la mañana, nos tomamos una deliciosa cocada en el crucero de Macanao… y nos hicieron un show de despedida lleno de la misma alegría que caracterizó toda la jornada.

“Tenemos jeeps abiertos con lona que tienen la opción de quitar o poner el techo. También ofrecemos unidades cerradas con aire acondicionado, según la preferencia del cliente. El 80% de todos nuestros usuarios son turistas extranjeros, europeos más que todo, por eso las charlas se pueden dar en todos los idiomas: español, inglés, alemán, italiano, francés, checo y hasta polaco”, asegura Carlos Alberto Delgado, director de Margarita Jeep Tours.

Después de tener un día como éste es imposible dejar de alabar todos los encantos de nuestra extraordinaria Venezuela, vibrar con sus bellezas naturales, rendirse a sus pies y sensibilizarse ante su magnificencia… no cabe duda que nacimos en una tierra que, desde siempre, ha sido bendita.